| "Entierro de Cristo" de Fabricio Santafede (Museo de Cádiz) | | En el siglo XVII trabajaron para Felipe IV casi todos los artistas de cierta significación de Roma y Nápoles, y por un camino u otro fueron llegando a las colecciones reales un gran número de obras de los pintores del barroco italiano. Esta presencia de la pintura italiana en España culminó con la llegada del napolitano Lucca Giordano, españolizado su nombre como Lucas Jordán, a la corte de Carlos II. Dejó en España un número ingente de obras y fue notable la influencia de su pintura. El gusto por la pintura italiana no fue exclusivo de la Corte, ampliándose a coleccionistas particulares y a la iglesia, lo que dio lugar a que España conserve en sus iglesias y museos una gran cantidad de pintura italiana de los siglos XVII y XVIII. Nápoles se convirtió en este siglo en un relevante centro artístico al que llegaron los más significativos artístas de Italia. El pintor español Ribera, establecido en Nápoles desde 1616 creó un taller del que salieron numerosos pintores influidos por la pincelada pastosa y el sentido del color cálido y suntuoso característico de su pintura. En el Museo de Cádiz destacan las obras de los pintores napolitanos Fabricio Santafede, a quién se le atribuye el lienzo “El entierro de Cristo” que puede fecharse por su estilo en el primer tercio del siglo XVII; Lucca Giordano representado por varios cuadros y Paolo de Mattels, discípulo de Giordano cuya influencia se deja notar en el dinamismo y teatralidad de sus composiciones. |