La minería, el vino, el trigo, el aceite y las salazones de pescado son los elementos más importantes de la actividad productiva en la Península Ibérica durante la época romana. Otros productos como madera, esclavos, caballos e industriales tuvieron una importancia mucho menor en lo que respecta al comercio a gran escala. Si Hispania exportaba materias primas y productos alimenticios, importaba fundamentalmente artículos de consumo, productos manufacturados y de lujo. Toda esta actividad productiva se comercializaba utilizando la tupida red de comunicaciones romana, las vías terrestres, las fluviales y las marítimas. Las terrestres eran las más caras para el comerciante, a pesar de que en numerosas ocasiones las reparaciones de las calzadas corrían a cargo del Estado, pero por su lentitud encarecían el producto comercializado. |