| Foto: © Archivo CadizNet Portada. Iglesia de San Lorenzo | |
Una cofradía nacida en el siglo XVII, en 1669, por el amor y la devoción de un niño gaditano al sagrado descendimiento de Cristo de la Cruz. Ese niño, llamado Miguel de Omaña, murió joven en olor de santidad y su obra fundacional sigue estando presente entre nosotros y cada Semana Santa más.
Hoy, la cofradía, repuesta de una triste etapa de postración, brilla y es su desfile una bella muestra de nuestra barroca Semana Santa y su paso un hermoso exponente de la bella imaginería que hizo Francisco Buiza Fernández, para las imágenes titulares, completadas por las talladas por Luis González Rey y los Santos varones, terminados por Berlanga.
Y no puede ser el desfile del Descendimiento una procesión con música, ni con hábitos de color, ni un paso con flores, ni nada que denote lujo, pues es el Descendimiento un paso que antecede al sepulcro y en él ya se vislumbra la tragedia del abandono de la vida y la entrega a la muerte.
El Descendimiento gaditano, hoy desde San Lorenzo pero antaño fundado en la Candelaria, pasó en su andariega existencia de tres siglos por varias sedes y sus imágenes estuvieron tanto en las Descalzas, como en Santo Domingo, en Santa Cruz o el Carmen, para estar una temporada -larga desde luego- en el templo de San Pablo mientras duraban las obras de restauración de San Lorenzo.
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