| Foto: © Archivo CadizNet Detalle de la portada. Iglesia del Carmen | |
Llena de luz y de alegría y de buenos augurios que se verán truncados en la madrugada del Jueves Santo, sale airosa y juvenil de la Alameda gaditana, esta joven corporación que ya ha cumplido su medio siglo de vida. Y nostálgica de horizontes, que por algo nació en San José y durante muchos años fue la única que se atrevió a cruzar las Puertas de Tierra, por unos días se muda y cambia su recoleta capilla-oratorio, por el grandioso templo del carmelo y de allí sale desafiando soles y brisas, buscando la angostura de las calles gaditanas camino de la entrada triunfal en la carrera oficial, donde luce como pocas la alegría dorada de sus palmas y el griterío de los niños que se vuelven locos por ver "la borriquita"...
Y montado en pollina en vez de trono, va el nazareno de Buiza, y los niños y las mujeres y los apóstoles; y detrás, en hermoso paso de palio, camina todavía ilusionada pero un poco triste, la Madre del Amparo, una escultura que nos vino de tierras levantinas y que aquí se quedó aspirando el aire cercano de la Alameda y recordando los floridos y perfumados azahares de la huerta valenciana.
El Domingo de Ramos en Cádiz, tiene el color y el olor y el estilo de la borriquita, la primera que se lanza a la calle para asimilar el aire de Cádiz y darle a Cádiz el ambiente de la Semana Santa y decir que ya está la primera de todas en el Palillero...
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