Pasando la nave del evangelio, después del retablo de San José, existe una pintura mural de extraordinaria importancia. En su origen, ocupó el primitivo altar mayor hasta que el retablo del siglo XVI la dejó oculta. Una labor de restauración hizo posible su traslado al lugar que hoy ocupa. Representa la Coronación de la Virgen. En la escena figura un trono adoselado bizantino en el que están sentados Cristo y su Madre a la misma altura, rodeados de ángeles músicos, santos, mártires y profetas con sus nombres, emblemas y atributos contemplando la coronación. Es destacable el marcado carácter románico de la ornamentación. Los vestidos plegados son propios de modelos italianos con influencia guiotesca, y muchas de las características femeninas son atribuidas al quatrocento italiano. Es en definitiva una excelente pintura gótica de la segunda mitad del siglo XIV debida quizás a una artista local con influencia italianas. |