D. José Espina, un médico de Benalup (entonces llamado Casas Viejas), fue el descubridor en 1913 de dos cuevas con pinturas rupestres y, consciente de la importancia del hallazgo, lo puso en conocimiento de las autoridades competentes en esta materia. Enterados en la Real Academia de la Historia y de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, sus directores el Rvdo. P. Fito y el marqués de Cerralbo, designaron a dos investigadores para que se trasladaran al lugar del hallazgo para estudiar sobre el terreno éstos y otros posibles descubrimientos. Estos investigadores fueron los Sres. D. Eduardo Hernández-Pacheco y D. Juan Cabré Aguiló. En el año 1914 también visitó estos lugares el arqueologo francés Breuil y los investigadores antes citados emprendieron una segunda campaña de estudio. De este modo se convirtió en la primera estación de pinturas rupestres reconocida en la provincia. En 1924 todo este conjunto fue declarado Monumento Arquitectónico Artístico. |