Tenía 72 puestos construídos en piedra en las cuatro galerías cubiertas. Cada puesto constaba de tienda, sotano para almacen y altillo para oficinas. En cada lado se abre una puerta de acceso. El amplio espacio que quedaba en el interior del rectángulo se utilizaba para fiestas, representaciones teatrales y otros espectáculos. Debido a la última gran reforma del edificio, que se produjo con el alcalde Ramón de Carranza en 1926 y dirigida por el arquitecto Juan Talavera, se ocupó todo el patio central con nuevas naves destinadas a los puestos de carne, pescado y frutas. Esta reforma que acabó en 1928, con la total ocupación del recinto interior de la plaza y su gran abundancia de puestos y mercancias, hace que la obra arquitectónica quede bastante mermada, por su casi nula visibilidad desde el interior. |