La época de mayor auge apenas duró hasta fines del siglo I. Ya por entonces las estructuras socioeconómicas del Imperio se debilitaban, y la producción de sus fábricas disminuía. A este factor se unió otra serie de calamidades, como las invasiones procedentes del Norte de África y los saqueos de las hordas germánicas, que durante los siglos II y III castigaron la ciudad. Además, un violento movimiento sísmico dañó seriamente los monumentos construídos en época imperial. A pesar de ello, Baelo mantuvo su actividad industrial y comercial hasta el siglo V, quedando olvidada por culturas posteriores por su aislamiento y su lejanía con respecto a las principales vías de comunicación. |