| Foto: © José Mª. Collantes González | | Pedro Roldán nació y murió en Sevilla (1624-1699). En 1638 se trasladó a Granada, y entró como aprendiz en el mejor taller de esa ciudad, el de Alonso de Mena. En 1647 vuelve a Sevilla y se instala con taller propio en el barrio de San Marcos. Tuvo desde un principio multitud de encargos; escultor de retablos, pintor de esculturas, arquitectura, y por supuesto la imaginería. En 1668, después de largos años de ingente trabajo y progresiva mejora de su situación tanto económica como social, construyó un enorme taller, el mejor de Andalucía Occidental. Entre 1675 y 1684 viajó por Andalucía para llevar a cabo importantes encargos, que han dejado en diversos puntos de la geografía andaluza el testimonio de su ingenio. En la provincia de Cádiz estuvo en Jerez, Puerto de Santa María, Villamartín, Cádiz, y en Medina Sidonia. Es muy probable que le acompañaran en estos viajes algunos colaboradores; su sobrino Julián Roldán, o sus yernos, Matías Brunenque, José Felipe Duque-Cornejo o sus hijos Marcelino y Pedro que ya intervenían en las tareas del maestro. El Cristo del Perdón está atribuido al taller de Pedro Roldán y es indudable su impronta; rostro de nariz recta, casi triangular, pómulos ligeramente salientes, labio superior que sobresale respecto al inferior por el surco naso labial, barba bífida, fosas orbitales limitadas por cejas de correcto dibujo, ojos pintados con expresión de ternura infinita, color atezado y enmarcado por una cabellera tallada a gubiazos en mechones lisos y compactos. |