Foto: © Archivo CadizNet Cristo de la Buena Muerte

Si en el siglo XVI se habían fundado tres cofradías todavía inexistentes y pujantes, en el XVII son cuatro las fundadas, y durante el XVIII, cinco. Por eso, con las Angustias, se cierra el ciclo de fundaciones del XVIII y entramos en el XIX, convulso, romántico y perdedor, con una sola fundación y a su final, que el siglo ni estuvo ni se dejó embromar por nada y un cierto tufillo anticlerical vagaba por los cenáculos, tertulias y mentideros de una España envuelta -como siempre- en agrias polémicas políticas...

Y en el viejo convento de San Agustín, una fundación como hemos visto antes, del siglo XVII, se veneró desde siempre un impresionante crucificado que el vulgo llamaba "de las Ánimas", por presidir cierta capilla que acogía el panteón de los frailes.