Foto: © E. Christian Moreno Virgen de las Angustias.

Y la Virgen titular, preciosa y devota, con el Hijo muerto sobre las rodillas, patética, dolorosa, llorosa, coge amorosamente la cabeza herida del Hijo y con la otra mano parece querer acariciar y atraer hacia sí lo que la muerte le ha robado a la vida.

Tallada espléndidamente como talla completa por algún Roldán, a principios del siglo XVIII, las Angustias gaditana a paso de horquillas, en silencio total y rezando el rosario, cruza las calles gaditanas camino de la catedral y, al filo de la madrugada ya del Jueves Santo, por la calle de Isabel la Católica y mejor nombre no le puede venir a la calle donde está levantada la capilla del Caminito, puesto que la reina fue la gran propagandista de esta devoción y una devota de ella hasta el punto de que la patrona de la perla de su corona, Granada, es la Virgen de las Angustias...

Y las reglas de la hermandad de pasión de la Virgen de las Angustias del Caminito, datan de finales del siglo XVIII, concretamente de 1772, cuando fueron aprobadas por Fray Tomás del Valle. Pero luego de un periodo de postración, se reorganizó en 1934, siendo sus nuevas reglas de 1935.