| Foto: © Archivo CadizNet Portada de la Iglesia de San Lorenzo | | En la tarde del Jueves Santo, Jueves eucarístico por excelencia, cuando ya el monumento sacramental acoge a Cristo reservado para el precioso sagrario argénteo o en la arqueta de esmaltes, con el templo desprovisto de adornos, con la sola luz de los cirios del monumento, la penumbra agiganta cornisas y metopas y el silencio se apodera del templo; San Lorenzo, la magnífica parroquia que un obispo quiso levantar en honor y gloria del santo mártir oscense Lorenzo y de la Virgen del Pilar se va animando y van llegando los penitentes de los Afligidos, el portentoso grupo escultórico que en 1726 hace un escultor flamenco residente en Sanlúcar de Barrameda llamado Peter Sterling. En un encuentro imposible solamente ideado e imaginado por los ojos de la fe y la devoción, Jesús, con la cruz al hombro, se encuentra con su Madre en la calle de la Amargura y todo el cortejo del Cirineo, la Verónica, la Magdalena y San Juan, en un paso completísimo y patético del vía-crucis pasional. |