| Foto: © E. Christian Moreno | | El Nazareno, a través de su imagen emblemática realizada por un tal Andrés C..., es el sumo de todo y la confianza de un pueblo que le pide y lo venera, viernes tras viernes, en su preciosa capilla del convento. Y es otro Viernes, pero éste Santo, cuando, en su madrugada, deambula por la ciudad y en las primeras horas de la incipiente mañana vuelve de nuevo a subir a su casa, a su monasterio, no sin antes haber derramado bendiciones por las calles de la ciudad que rige. Y detrás, va la Madre de los Dolores a través de la escultura que le hizo un gaditano llamado Juan Luis Vassallo Parodi, gloria de la estatuaria nacional, porque la Madre que acompañaba al Nazareno hasta el año 1936, fue quemada y tuvo que ser sustituída, lo mismo que pasó con la Magdalena y lo mismo que ocurrió con parte de la imagen del Cristo, pero su rostro se salvó y sus manos y ambas cosas fueron de nuevo ensambladas en un cuerpo y otra vez volvió a recibir culto y a procesionar el "Oráculo de la ciudad", según el epíteto cariñoso con que lo bautizó el fraile Jerónimo de la Concepción en su desaforada megalomanía gaditana. |