| Foto: © E. Christian Moreno Santo Entierro, con su magnífica urna de plata. | | Las características propias de esta corporación, más mariana que cristífera, pues incluso se convirtió en compañía espiritual del Santo Rosario para darle culto a la Virgen de la Soledad que, cuando estaba canónicamente establecida la ermita de San Roque, alcanza el privilegio de que la Soledad ocupase la hornacina central del altar mayor y que la ermita se advocase de Ntra. Sra. de la Soledad y San Roque... Y el culto a la pasión, y los solemnes rosarios que salían de Santa María al anochecer para rezar por las calles y plazas de la ciudad la popular devoción mariana, y el enterramiento solemne de sus hermanos y el colofón, magnífico, del desfile procesional con la gran cantidad de figuras alegóricas de la pasión y del antiguo y nuevo testamento. Cuatro pasos componían el desfile durante el siglo pasado; el Sagrado Descendimiento, el de la popular "canina" o paso de La Muerte, la Sagrada Urna y el de la Virgen de la Soledad. |