| Foto: © Archivo CadizNet Virgen de la Palma | | Y ya sabemos que la devoción, tanto de Cádiz como del barrio de la Viña, viene de antiguo a la Virgen bonita y chiquita de la Palma que su rosario espiritual fue fundado por el capuchino Fray Pablo de Cádiz en honor y gloria al misterio que cuenta y conmemora la Encarnación del Hijo de Dios, título que primitivamente ostentó tanto la imagen como el templo, pasando luego la Virgen a advocarse como su barrio y así hasta hoy... El Cristo de la Misericordia, es una obra genovesa del siglo XVIII, restaurada y remodelada por Buiza, mientras que la Virgen -bellísima- de las Penas, procede del antiguo convento de los capuchinos y es una talla de Fernando Ortíz, perteneciente al XVIII también. Pronto, la simbiosis entre el barrio y la cofradía es tal, que no se concibe una cosa sin la otra y no se concibe, tampoco, el Lunes Santo, sin la estación penitencial del Cristo de la Misericordia saliendo, todavía a las claras luces de la tarde del lunes, y enfilando la Caleta para recibir el aire salado y marino de las aguas que un día quisieron tragarse a la ciudad... |